Se trata de una de las rutas más habituales utilizada por los amantes del mar y la naturaleza. Une las emblemáticas playas de Cala Mesquida y Cala Agulla, y discurre entre dunas y el pinar del Coll de Marina, siendo ideal para conocer la flora y fauna típica de este rincón mediterráneo. Esta ruta, además de concurrida por excursionistas, también lo es por atletas, ciclistas de montaña y caballistas, durante todo el año. Ya en otoño, es habitual coincidir con amantes de la recolección de setas, e incluso en primavera, con los 'arrabassadors de palma', recolectores de las hojas del 'garballó', palmera local, que es la materia prima utilizada para la elaboración de la obra de palma, actividad artesanal tradicional de la localidad.